Secretary (IMDB) "Pegame y decime Marte"
“El trabajo
dignifica…” decía alguien con mucho tino y nunca menos apropiado a este
menester de recuperar la salud perdida. Cuando el "Trabajo es Salud, que
trabajen los enfermos" o en este caso equilibraría mentalmente a los
protagonistas, entre frases no hacemos una ciencia, por eso es inherente a este
espacio socavar este meollo.
Hablando mal y
pronto...es imposible una relación amorosa satisfactoria y armónica entre un
tipo de personalidad sádica con otra/o de características masoquistas, al menos
eso quiere dar cuenta la historia. Ambos tienen en común la perversión del
objeto sexual complementario, y nada más.
Ampliaremos...
Tanto el masoquismo
como el sadismo, y evitando definiciones que pueblan la internet y también
discursos morales culturales heredades, se dirá que es un modo de enfrentar la
sexualidad particular, elegida, sentida, aplicada, será estrictamente consensuada
(como cualquier otra), teniendo una plenitud de las diferentes vertientes que
caminan los cuerpos para colmar su deseo.
Lo que no tiene
parangón es el nivel de fantasiosidad del elucubrador de esta historia, que,
aparentemente, sin asesoramiento se mete en la mente de estas patologías y mete
la ídem- hondo, al pensar que el dolor es una moneda de intercambio, cuan
oferta y demanda, y se oferta el que lo quiere infringir y quien lo quiere
padecer. Esta quien disfruta sometiendo por lesiones físicas o psíquicas, y por
otro lado el herirse para sí, que no es lo mismo que ser herido y quedar
marcada por otro y/o para otro.
La perversión sádica
estaría orientada a ver padecimiento al infringir dolor, si como respuesta al
dolor hay placer el círculo de goce no se le arma al sádico, y estaría frente a
una frustración sexual, vincular, etc. Es como que el olmo te dé peras.
Los cortes en el
cuerpo obedecen un número amplio de orígenes, siempre se relaciona con una
incapacidad de poner en palabras algo del cuerpo, y el impulso mudo se
transforma en acto... con esta generalidad no agrego nada que no se pueda
deducir, pero si pongo en tela de juicio que sea lo mismo la intimidad de la
propia angustia, que el someterse al maltrato como intercambio vincular. Sería
algo así como "Mi angustia, mi tajo" y "No te peines que no salís
en la foto".
Como buena película
de ciencia ficción, termina la damisela en brazos del héroe y son felices para
toda la cosecha... Bueno, en realidad ambos buscaban ser infelices juntos. El
amor... esa zanahoria que cuelga frente nosotras/os/es con una caña de pescar que
porta el inefable y siempre controvertido... Deseo.