Seobok (IMDb) "Si la humanidad es inmortal se extingue" (SIC)
Empieza desdiciéndose la primer película oriental revestida por este espacio, porque si, no hay porqué al racismo contra lo oriental; que de eso último carece totalmente la chorrera occidental pueril, burda, de la moral del viva vida vivida, como si la muerte fuera único regulador de la existencia sin devenires ni creación.
Más allá de las peripecias que la pandemia de turno toque para cuando lean esto, este celuloide (si es que esta pieza se estrena alguna vez en salas clásicas) propone un universo donde la humanidad llega a un descubrimiento que posibilitaría la vida eterna en un portador bendecido y posibilitador. Instancia mesiánica de escrituras culturales desde tiempo inmemoriales de la liturgia jesuítica, pero en la trama se enemistan religiosamente no por lo recurrente, si no que teorizan que el humano se entregaría al ocio, incasto y lujurioso por la infinitud de la longevidad carnea. Aguantá máquina del sentido con órganos que esa birra con papas y cheddar no se hacen solas.
Las desventuras del protagonista son propias del cine más cutre, chato y falto de ideas, raro de oriente, pero el premio se lo lleva la oposición del héroe, que asume las ideas más papistas que ídem, asumiendo que el humano se entregaría al sinsentido por la inmortalidad, cuando la idea de finitud alienta a la gente a hacer las cosas antes... que mejor argumento para la procrastinación que el sinfín de la existencia.
Deshistoriza la antrofilopsicológica y decretando que vivir dignamente es algo que tuvo y tiene esta humanidad en algún momento, sin pensar u poco, sólo un poco, en lo alienante de la hiperproducción, la división de tierras comunes y la gente que viajar y esparce pandemias.
Triste debut pero nunca despedida de estas letras, el mundo fantasioso oriental que ve una de sus peores versiones en un su afán de entrar al mercado marcado logrado cuán arado poco menguado hacinado por significado armado, y prensado poco alocado pero bien elaborado o trazado va mezclado sin abogado o Nisman matado o suicidado.
PD: Pensar la pulsión de muerte como dios y regulador divino de la existencia humana, divierte pero no eleva la existencia ni crea algo nuevo que pueda llamarse verdad.