Versiones cinematográficas corren sobre la historia de este personaje, documentado por demás el desalmado en el campo de batalla y excéntrico en su vida cotidiana. El motivo que detiene el ojo de este espacio sobre esta película en particular y, se podría decir, al genero vampírico en general, es la cantidad de, lo que señalaremos como, síntomas del protagonista que se asemejan a la psicosis. Se elige una versión de esta leyenda filmada en 1931, a los fines de marcar un punto inicial de la interminable saga de vampiros que pueblan al cine... y poblaran.
El fin es poder dar luz sobre características que tiene este personaje que se puede encuadrar dentro de una enfermedad mental; en el camino perderemos la fantasía del súper-antiheroe vampírico que goza de buena salud y ha generado prestigio, un sin fin de versiones, ganancias y que por décadas seguiremos revistando este ideal de desinformación en pro de una historia dramática y atrayente.
El personaje ejerce su voluntad sobre sus víctimas que podría entenderse dentro una hipnosis, para lo cual es preciso conocer la técnica de administración, certeza y/o seguridad y un fin ajeno al que padece de la misma. La energía interna que mueve al loco muchas veces se desconoce y es tan simple como la de cualquier ser humano, y es... "ser en el mundo". Para esto el padeciente mental instrumenta su cosmovisión, que de por si es desviada, y opera sobre una base extravagante conocida y sostenida únicamente por él. De esto pueden desprenderse las reglas bizarras como que para poder subsistir tiene dormir en un ataúd, ser anticatólico, afirmar que tiene cientos de años, vivir de noche evitando la luz del sol y tener una mansión en ruinas; que también puede ser consecuencia de una estirpe y fortuna familiar venida a menos, que sin servidumbre y colchones elija vivir en lugares oscuros donde no vea la mugre.
Presenta una necesidad constante de la sostener sus creencia a pesar, y por sobre, la experiencia fáctica comprobatoria de lo contrario. La convicción incorregible puede llevar a que convenza al mundo circundante, es así que señale la sobrevaloración y carácter mágico de la sangre en sus características alimenticias como también del poder de influencia volitiva en su transfusión. La ciencia a avanzado en cuanto a lo que sí es transmisible en el contacto y transfusión de la sangre, y ha quedado en el pesado la creencia de que al ingerir una parte determinada de una persona viva o muerte puede obtenerse cualidades de la personalidad o de algún tipo (si me como el cuerno de un toro... etc.).
El loco puede suele tener un uniforme y conductas acordes a su accionar como es aquí su traje suntuoso, gesto estrafalarios, risas impostadas, miradas invasivas que podrían ser coherentes con vida de un palacio en ruinas, rodeado de plagas y durmiendo en una caja de madera. El loco puede convivir con la insensibilidad de ciertas convenciones y comodidades logradas por la cultura en cuanto al orden, la limpieza y la educación, por lo cual se puede entender que sus propias creencias, las del loco, ocupan el 100% de su mundo y no necesita las pautas ajenas consensuadas. La evitación del espejo no es más que otra consecuencia del cuadro,
donde está impedido de poder reconocerse a si mismo en la imagen
proyectada de su reflejo, a lo que se puede llamar despersonalización siendo esta una vivencia una desrealización interna y se traduce al propio cuerpo. La evitación de luz solar puede ser una
sensibilidad real por alguna alteración óptica, o una simple elección de la vida nocturna por
sobre la diurna. La fijación hacia señoritas no es un síntoma exclusivo aquí, sino propio del hombre.
En la enfermedad mental no existen cuadros que respeten la lista de síntomas del libro, es así que encontramos en este personaje partes de una locura fantástica como también una parte razonante, él mismo puede generar convencimiento en sus seguidores de convicciones endebles, que se valen de la seguridad ajena para sentirse, quizás guiados por un líder paternal que los mantiene, contenidos.
En la enfermedad mental no existen cuadros que respeten la lista de síntomas del libro, es así que encontramos en este personaje partes de una locura fantástica como también una parte razonante, él mismo puede generar convencimiento en sus seguidores de convicciones endebles, que se valen de la seguridad ajena para sentirse, quizás guiados por un líder paternal que los mantiene, contenidos.
De esta manera nos queda un simple caballero elegante que tiene como hobby hipnotizar, matar a
mordiscones y que por desgracia padece una malformación en sus colmillos.