Musarañas (IMDB) "Una loca que vale por 3 películas"
Hace su entrada pomposamente el cine español a este espacio, con una pieza que hace un cumulo de buenas intenciones innecesarias, nociones desproporcionadas exagerando características mentales con el único fin de hacer más dramático lo que de por si ya es ídem; informando pobremente y justificando la meta de impresionar a cualquier precio.
Las consecuencias de vivir, crecer y educarse en un ámbito despojado de la contención y cuidados heredados y aprendidos culturalmente, no hay dudas de que serán graves, pero no por ser así pueden ser de cualquier manera en padenciente y de su transcurso cotidiano. En la película se muestra una serie de síntomas que sufre la modista que con un ojo crítico se desbordará de justificativo para ser la persona quieren mostrar... ¡está zarpada en loca!...¿Es posible que convivan tantas locuras en una persona?
El abuso de poder dentro del entorno familiar es más común de lo que podemos llegar a enterarnos, y cuando dominio se ejerce en menores que son llevados hacia actividades que están fuera de un alcance madurativo, quizá encontremos uno de los peores crímenes que ha sido penado desde el comienzo de los tiempos de la historia. El ser humano es en sí un cementerio de decisiones, donde cada ídem genera un precedente que se puede repetir en situaciones similares. A los fines de facilitar la tramitación que se presenta, se aprende una manera de enfrentar el mundo y se repite por que es la manera aprendida, aquí se puede ver el personaje principal desmedidamente desbordado por un tiempo no aclarado y que vive desencadenado sin haber consecuencias hasta al momento que se muestra en el film
El abuso de poder dentro del entorno familiar es más común de lo que podemos llegar a enterarnos, y cuando dominio se ejerce en menores que son llevados hacia actividades que están fuera de un alcance madurativo, quizá encontremos uno de los peores crímenes que ha sido penado desde el comienzo de los tiempos de la historia. El ser humano es en sí un cementerio de decisiones, donde cada ídem genera un precedente que se puede repetir en situaciones similares. A los fines de facilitar la tramitación que se presenta, se aprende una manera de enfrentar el mundo y se repite por que es la manera aprendida, aquí se puede ver el personaje principal desmedidamente desbordado por un tiempo no aclarado y que vive desencadenado sin haber consecuencias hasta al momento que se muestra en el film
Pareciera que para pensar un personaje que llegue a asesinar al vincularse con el medio, se requiriese varios justificativos como si uno solo no alcanzaría para entender un padecer morboso que llegue a tal punto. Es así como se presenta una mujer con una historia cruenta, terrores nocturnos, presiones laborales, fobia a salir al exterior de su casa, adicta a la morfina, con ideas persecutorias de perjuicio provenientes de la imagen nefasta de su padre, enamorada de un extraño casado próximo a ser padre y una hermana/hija que corporiza y testifica sobre lo peor y más atroz de su pasado. Con un solo elemento de los mencionados se podría pensar en una consecuencia mortal en algún orden.
Lo interesante de la locura y la presencia de ciertos síntomas es la relación que tiene el padeciente con su pesar, historia que entreteje una serie de elementos que hacen a la forma en que puede vivir en el mundo, la película se vuelve inverosímil en el transcurrir de los distintos síntomas sin poder, la protagonista, asirse firmemente en el mundo con alguno de ellos. La locura surge siempre por un incremento del enfermar, situaciones que se manifiestan y empeoran el clima que hasta el momento parecían contenidas.
En el largometraje no queda claro si síntomas empeoran su salud en el momento actual que muestra la película o ya estaban manifestándose de esa manera de manera cotidiana; dicha presión en cada día haría imposible la convivencia con su familiar de menor edad. La naturalidad que presenta al asesinar no se correspondería con el motivo de cuidar su casa, al menos en lo mostrado; aquí es donde cabe señalar que el loco no deja de historizar su pena más allá de su desconexión simbólica con el mundo.
Respecto al intento terapéutico que aparece, se puede decir que es muy poco ético intervenir algún estilo de padecimiento por teléfono únicamente, si bien hay quienes lo fomentan en determinadas situaciones una vez avanzado el tratamiento, nunca puede ser la primera consulta otra que estar cara a cara con el paciente. La dificultad que se le plantea con poder salir de la casa puede ser originada, como vemos, por varios núcleos ya sea real o fantaseado pero no queda claro cual de ellos puede ser el precursor; pudiendo ser una interpretación delirante de la enseñanzas de los padres cuando estaban en armonía o de que allí se resguarda de algún peligro, o de una exigencia del padre una vez viudo, o miedo a los espacios abiertos como consecuencia de su estructura de personalidad y otras teorías que se puede elucubrar sin poder atinar de que se trata. Esto no escapa ni pierde actualidad, ya que hoy en día con los electrodomésticos conectados con cables o antenas favorecen las actividades recreativas y laborales desde casa.
Violencia intrafamiliar, silencio sobre las atrocidades e incapacidad del entorno para instrumentar mecanismos de salud favorecedores de un equilibrio más amplio parecer ser una la combinación perfecto para un baño de sangre.
Lo interesante de la locura y la presencia de ciertos síntomas es la relación que tiene el padeciente con su pesar, historia que entreteje una serie de elementos que hacen a la forma en que puede vivir en el mundo, la película se vuelve inverosímil en el transcurrir de los distintos síntomas sin poder, la protagonista, asirse firmemente en el mundo con alguno de ellos. La locura surge siempre por un incremento del enfermar, situaciones que se manifiestan y empeoran el clima que hasta el momento parecían contenidas.
En el largometraje no queda claro si síntomas empeoran su salud en el momento actual que muestra la película o ya estaban manifestándose de esa manera de manera cotidiana; dicha presión en cada día haría imposible la convivencia con su familiar de menor edad. La naturalidad que presenta al asesinar no se correspondería con el motivo de cuidar su casa, al menos en lo mostrado; aquí es donde cabe señalar que el loco no deja de historizar su pena más allá de su desconexión simbólica con el mundo.
Respecto al intento terapéutico que aparece, se puede decir que es muy poco ético intervenir algún estilo de padecimiento por teléfono únicamente, si bien hay quienes lo fomentan en determinadas situaciones una vez avanzado el tratamiento, nunca puede ser la primera consulta otra que estar cara a cara con el paciente. La dificultad que se le plantea con poder salir de la casa puede ser originada, como vemos, por varios núcleos ya sea real o fantaseado pero no queda claro cual de ellos puede ser el precursor; pudiendo ser una interpretación delirante de la enseñanzas de los padres cuando estaban en armonía o de que allí se resguarda de algún peligro, o de una exigencia del padre una vez viudo, o miedo a los espacios abiertos como consecuencia de su estructura de personalidad y otras teorías que se puede elucubrar sin poder atinar de que se trata. Esto no escapa ni pierde actualidad, ya que hoy en día con los electrodomésticos conectados con cables o antenas favorecen las actividades recreativas y laborales desde casa.
Violencia intrafamiliar, silencio sobre las atrocidades e incapacidad del entorno para instrumentar mecanismos de salud favorecedores de un equilibrio más amplio parecer ser una la combinación perfecto para un baño de sangre.