La fantasía es un género poco visitado en este espacio, aunque hay quienes afirman que toda ficción es ídem, totalizando el todo totalitariamente. Pero dicha instancia es la que me propongo problematizar porque puedo. Y si quieren saber porque lo pienso poco para escribir les dejo mi idea en Por qué No fantasías.
Se puede destacar que parte de lo
que vemos con nuestros ojos es consecuencia de lo que podemos procesar
en espacios dimensionales inimaginables, que le dimos el nombre de
neuronas, axones y dendritas del sistema nervioso... Boom otra ficción.
En el show guionado que encontramos en el entretenimiento que le decimos cine o series, la fantasía presenta una lógica interna que dentro de sí misma se afirma y entiende como realidad. Se aceptan las reglas propias conforme avanza la trama, sumando contratos a cada segundo que el espectador firma al darle su tiempo de atención.
La estafa se sucinta cuando se hace un uso excesivo de recursos estrafalarios y exegesis sobre mundos desconocidos, donde la deidad-escritor-director somete a quien hoza no atender a la letra pequeña y surge, lo que hemos ya mencionado aquí, el Deus Exmachina que salva la resolución del desastre argumental, o no.
El uso ético de la libertad de reglas humanas conocidas o populares parece libertinajinilizar a les productores audiovisuales, que se auguran éxitos si prometen paisajes lisérgicos en vez de historias. Más cuando la nueva lógica está orientada a solucionar ítems que con nuestros horizontes tampoco tienen respuesta, se da lo que llamo una "doble frustración". Muestran mundos que no existe con desenlaces imposibles o inverosímiles.
Los conflictos que podemos querer ver son los de siempre, ya sea con tres soles o con alienígenas porque lo que se va a destacar es como se cuenta y no cuantos colores tiene un amanecer o si la especie protagonista es homoovípara.
Luchemos por un mundo donde la creatividad esté en las soluciones...
(complete aquí con la web de la secta)