…O mejor dicho "que bueno que es ser millonaria y representar las fantasías, machistas, misóginas de estereotipos inexistentes en la vida del humano…" pero ¿no es sobre una señora que es adicta al sexo que tiene problemas con su marido en cuanto a la cantidad de veces que tiene sexo? Si. Lo cual es un reclamo legítimo de una pareja hacia otra, el sentirse deseada por un buen mozo y etc., y para eso tiene que mediar la dicción de palabras y en esta película se puede ver como funciona la a-dicción de palabras.
La adicción al sexo es otra cosa y acá hay una mujer confundida o abrumada por la rutina, la sombre del sinsentido y el misterio aventurero que acecha en forma de un ideal de belleza estereotipado que puede ser un oasis en una vida gris, aunque lo tendría todo pero su incapacidad como buena ser humano busca una instancia superadora sin cuestionarse su búsqueda, lo que la llevara a sufrir ella y su entorno.
Por problemas en su trabajo, responsabilidades familiares y la ineludible necesidad de pasiones amorosas que sacudirían lo anterior, acude a un
terapeuta que por su función en la sociedad estará dispuesta a prestar oído a
su pesar; la misma luego de algunas entrevistas le tira el un diagnóstico (aventurado)
decretándole una adicción al sexo. Es completamente iatrogénico y falto de escucha, someter a una persona a tal falta de sensibilidad para identificar su pesar, así es como se
evita la problemática de hastío-burocrático-laboral-familiar-amoroso por el que consultaba. Para curar un
dolor de cabeza no hay que abrir un cráneo de extirpar masa encefálica, y menos que menos se puede someter a al paciente a un pedido de introspección sobre el pasado cuando no surge espontáneamente.
La creencia sobre lo innecesario
de las terapias sobre el alma, son necesarias para re-formular su sentido y
fortalecer la trama, pero cuando son fundados en malas experiencias vertidas
por profesionales que en su accionar ocasionaron daño cuando se esperaba lo
contrario, erosiona el alma del padeciente.
Generalizando lo que es la adicción, y haciendo un reduccionismo importante, lo que hay una incapacidad
de traducir en palabras lo que el cuerpo pide, que muchas veces solo se puede traducir muchas veces
en la palabra “más”.
La pregunta salvadora que surge en el desenlace por parte de su pareja es “¿Qué más
quieres, %&”!?” que la terapeuta esquivo realizar con elucubraciones fantásticas, o de
mierda, interviniendo en la emergencia como elefante en la cristalería. Esto enfrente a la protagonista con el vacío que buscaba llenar, y produce lo que se dice poner en acto o en cuerpo enfrentándose bizarramente frente a sus amantes sin tener que decirles y se sabe que cuando no hay que decir habla el cuerpo y surge como violencia física cuando el entendimiento no se concreta.
Pero que lo mejor es cerca del
final donde ir tomar justicia por mano propia para poner en acción la ausencia
de palabra que la protagonista sabe sin saber que necesita poner para ordenar, acudió
a un especialista del alma acerca de esto… y este puede es, sin duda el artífice del intento de suicidio que no es más que una ausencia de etc. La irresponsabilidad no es una enfermedad, es parte del trabajo como ser humano
La liviandad que tiene el
abordaje de la adicción en esta película, hace pensar que se puede vivir adicto a algo que esta lejos de ser real; y la
solución no es ir a un grupo de lo que sea anónimo, que si bien son parte del tratamiento el trabajo es arduo y constante, de la puesta en
palabra identificando el problema, que en esta película da gala de pequeño, aunque no menor,
faltó un trato serio y responsable de un padecer de estas características y su posible abordaje.
Merece una posdata la escena del pasado que señala como origen de la supuesta adicción al sexo, muestra una violación donde se origina la cicatriz. Situación en la que el director nos pega el helado en la frente, y sin solución de continuidad se puede decir que nada de esto puede esconder algo de lógica que no sea de una postura de un desprecio a la mujer, misoginia, machismo recalcitrante y fantasía de placer en el dolor que en la realidad no existe... ni en disney. El que tiene estas ideas perdió el alma por dos monedas de cinco centavos.