The
Room (IMDB) "Que loco, que este loco que ni parece loco..."
Desde
este cubículo de revolución contra discursos desinformados, tocaremos el tema del que de
por sí es el más cruento dentro la salud mental, el suicidio. Cuando en el mundo
psi se asoma la sombra de la autoagresión las matricula de práctica profesional
tiemblan y temen ser emancipadas de su dueñe.
En la
película en cuestión ya se dijo el final, y tienen un abordaje cuasi sorpresivo sobre la trama, y
hasta se podría pensar que se estafa al espectador porque se evita la construcción emotiva
del protagonista que justifique el final no anunciado (un dato clínico teórico te pido, no más) sobre lo que es en sí una
personalidad suicida; abriendo, como bolsa de gatos, la posibilidad inverosímil de que cualquier ser
humano en duelo emocional vaya terminar con su vida, augurando un genocidio
de la raza humana por propia mano y la consecuente extinción de la misma.
Para
pensar al suicida hay dos grupos…
Por un
lado los que concretan su muerte y los que no.
Estos últimos tiene como premisa
el llamado de atención para si o para otros, a veces como una búsqueda de reconocimiento por amenaza de ausencia;
esto no quita de cierta seriedad el montaje del acto, pero sin la convicción
real de terminar con su vida ya que es siempre simbólico y busca atraer al otro. Lo que se dice como la típica
situación del llamado antes de matarse, que podría haber sido factible en el personaje de la película pero no hubo paso previo ni interacción del protagonista con algún otro que pusiera freno al duelo o la angustia; en general los que hacen que la humanidad no desaparezca como especie en el planeta, es ese otro que nos da argumentos para mantener la vida. En un porcentaje
muy bajo dichas personas pueden perecer en esta instancia por cuestión de su
impericia o de un accidente, dejando en evidencia la imperfectitud de
su iniciativa… que a las claras podría ser el caso en la película pero con el
obvio resultado, ya que la sensación de ruina y fin de mundo podía ceder por lo
poblado que aparecía su "cuarto" y casa de amistades. Lo más importante para marcar y entender lo inverosímil de la trama, es el buen humor y
la inexistente de ideación autoagresiva del suicida en cuestión… la dificultad de
organización hogareña, registro de los límites o infidelidades son elementos típicos de la vida, y que a un huevón de cuarentitantos se encuentre desbordado y sin recursos propios o ajenos es bizarro o típico de una parodia, porque es algo que está donde no le corresponde.
El
grupo de los que efectivizan su suicidio sin prolegómenos ni avisos, es el
grupo más complejo de abordaje relacional o, en el mejor de los casos,
terapéutico ya que el insidioso progreso del silencioso malestar de ruina y fin de
mundo es, si no se detecta, inexpugnable tanto para la familia y allegados como para los profesionales de la salud… si bien pueden estar relacionados con adicciones, el consumo no suele aparecer como un elemento que acompañe la pena o bien las lágrimas, pero mucho menos, el suicida impenetrable, realiza su despedida del mundo cercano a su escena de pérdida. Las acciones autoagresivas, cortes o golpes o borrachera, en la melancolía no son frecuentes y los planes de muerte son premeditados e implacables, con ausencia total de montaje o escenografía de duelo.
La estética incomoda de escenas cotidianas con diálogos ficticios
y superficiales, mal actuados, o la posición narrativa de todobienismos de cada personaje, sumado a escenas de voyerismo y sexo de canales sin premium,
genera una gomosidad contagiosa de una
venérea óptica.
La
ausencia de límites o de intimidad, la pseudo transparencia en la amistad como
alegría patológica no hacen que alguien se mate… salvo en la lógica de un mundo surrealista… si ese fue el
caso que quisieron mostrar, haremos un ¡hurra! al unísono, pero sin premisa alguna que no lleve a eso, tenemos la sensación de
estafa por ausencia de historia y aportamos así al consumo irónico softpornero.