jueves, enero 17, 2019

El Dr. Frankenstein (1931)

Frankenstein (IMDB) "Papá... me caí -Callate Patri Arcado"

  Porque acá abogamos al psicoanarquismo en sus distintas dimensiones, se ha criticado guionistas, directores en defensa del espectador pero en esta oportunidad será este último el que será dilapidado, ampliando hacia el origen de la historia desde su escritora en el libro de papel y encuadernado, y sin limitarnos a la incontable cantidad de versiones que existen sobre este mito moderno. Diremos que esta película ha sido mal entendida (sí, mal) durante toda su existencia. La Autora muestra como la obra del hombre se vuelve en contra de sí, escribiendo su propia muerte frente a la búsqueda de poder y conocimiento supuestamente científico jugando a ser dios.
  Paternidad, machismo, omnipotencia, salir al mundo conjugado en apaciguar un sistema de escarnio subjetivo, con la pérdida concreta de la posibilidad superación como especie, a continuación...
  La bestia, obra del onvre, que únicamente pugna por ser reconocido por su creador, padre sin pareja, apela a las herramientas necesarias para acercarse al varón por la necesidad de intercambio y respuestas simples como cual era el sentido de su existencia y como ser en el mundo... dicho sea de paso es una función que el que crea subestima como un digno ser humano (no importa cuando lea esto), remarca un límite que violenta el vínculo. Surge un egoismo escrupuloso de acumulación ciega sin asumir la responsabilidades sobre quien carece de noción de alcance de sus acción (padre e hijo), propiciando un campo ajeno e inóspito al que inexorablemente se avalanza (hijo hacia el entorno).
  Hasta ahora en este espacio micromolotov subjetivo no se hizo referencia a los autores originales de las historias o películas, en esta ocasión, cabe la aclaración por lo concreto del mensaje de un mujer que escribe sobre los hombres, ya que la costumbre es al reves (chabones hablando de cosas de minitas); es enigmático que ellas en la película transitan una pasividad cual anzuelo para señalarnos a los hombres la obra como propia.
  Lo fallido del científico que se ve cuando no paternisa a su creación, que con criterio apela a saciar sus necesidades fisiológicas y filosóficas a la manera heredada, aterrando a todos incluyendo su padre inoperante abrumado ya que el conocimiento científico es mudo respecto del deseo en este caso paterno. La ambición de poder y dominio huele a poco cuando se trata de los vínculos interpersonales, y avanzar así como especie hace agua en soledad.
  La bestia no se pudo humanizar, no se adaptó, dirían algunos postverdadescos cuan sofistas de la modernidad; cuando es el hombre que no sabe lo que crea, y si su monstruo lo supera y lo coarta (capitalismo), que no lo deja morir porque se alimenta de su sudor y lágrimas (intereses financieros), lo necesita manso y ciego (personas que trabajan y pagan sus impuesto), que lo avala por ser elegido cada dos años (democracia representacional) y gracias a su dominación y manipulación sobre los débiles se perpetua (hoy llamado patriarcado) o es una excusa de un bien para todos o se benefician pocos, pero no se sabe quien termina con quien.