... esto recién empieza...↓
Ocuparnos de los muertos que vuelven ya lo pensamos en otro artículo con los zombis, la idea del espíritu incorpóreo como estado posterior al cuerpo material del que murió, tiene la particularidad de mantener un contínuo de la relación que se terminó en lo carnal, que aboga hacia la idea de inmortalidad o más bien que la mortalidad es más importante que todo. En esto las religiosidades se hacen su banquete sobre la pena del más allá por lo hecho en el más acá... así es que después de esa educación poder hacer un duelo cuesta un dineral en psicólogo, y en lo que se va terapia el mundo capitalista basa su fortuna y continuidad... puff.
La omnipotencia del pensamiento a lo largo de la existencia y la subsistencia aún sin cuerpo, hace al humano verse superior, infundadamente, a los demás mamíferos, cuando lo que nos une y atraviesa es la muerte. Muchos han logrado la inmortalidad a través de su obra, y para los que no llegan a plasmar su paso por el mundo de una manera trascendental, viene bien la idea de tener otro oportunidad si la conexión con el mundo no se termina, así habría más oportunidades una vez fantasmizado.
Cabría la pregunta por qué apostar por el desconocido "más allá" para hacerse de oportunidades en el mundo fantástico de algún otro que si realizo su sueño, esta plusvalía de la realización insume en la frustración alienante... mejor apostar en sueños que en penas.Porque nunca le preguntamos al fantasma que hace que insista en el mundo mortal, porque respondería lo que no queremos escuchar... es imposible realizarse en la materia y en la inmateria... sólo hay camino.