Esas películas que se repiten con distintos actores, mejores efectos, tramas diferentes con ese olorcito a falta de ideas tan característico del moo... Si, como un hongo que crece sin justificación alguna, por la simple inclemencia del viento, vemos frente nuestra narices las refrescadas historias trágicas y reeditas en farsa.
La frase de Marx literal es "La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa", sobre esta inclemencia histórica podría aplicar el concepto de Freud de compulsión a la repetición y otros, pero para festejar evitaré lo psi... o casi.
Hay que tener en cuenta que en la linea de producción del entretenimiento cultural, las adaptaciones pueden tener un motivos idiomáticas, geográfico o la simple inexistencia de expresiones audiovisuales como consecuencia del cierre de un mercado por censura o bloqueo comercial. Estas circunstancias "podrían" justificarse, pero en sí encumbren lo que si evaluaremos en este grano de arena binario con forma de texto bloguero de la internes, que faltan maneras de contar y sobran historias.
Pululan un sin fin de reediciones que no hacen otra cosa que subrayar la idea estirar monetariamente un idea que a ojo de buen cubero, no da para semejante operación. Las historias de escritores que fueron pensadas episódicamente, que por la riqueza descriptiva en la síntesis del tiempo standard de una película de sala, no le haría justicia a la obra original como pasan con muchos libros que pasan a ser películas... pero la tragedia del libro también se vivirá como farsa en el cine.
La obra pensada y escrita para cine tiene sutilezas que se agradecen desde la butaca, cuando trabajan sobre una idea precisa, cuando ya fue distribuida y consumida por una serie de gente en algún soporte artístico se ve la sobremasticación y la concecuente referencia añorante cuando reeditada y reexplota, para que someter a otro grupo de humanos de una esperanza en el mundo que como iniciativa es poco digna.
¿Cuándo la repetición es algo sano? (se me escapa Sigui igual)
Lo que se pierde en esta cadena de producción, cuan intestino grueso y luego delgado, es la reedición de algo bueno en caca, pero sin la consabida ganancia de energía que trae la ingesta de alimentos fuera poco, porque la decepción que produce la ausencia de ética artística con la obra del autor o los responsables de esa expresión sobre el público que va a ser estafado con un estofado de ídem, con la preponderancia argumentativa por sobre la voz hablante y la manera de contar.
Marx nos brinda una idea hermosa para pensar como el protagonista pierde templanza cuando su mérito es espío, ennobleciendo la construcción de una carrera hacia una meta por sobre el camino corto de las ideas ajenas.
La obra pensada y escrita para cine tiene sutilezas que se agradecen desde la butaca, cuando trabajan sobre una idea precisa, cuando ya fue distribuida y consumida por una serie de gente en algún soporte artístico se ve la sobremasticación y la concecuente referencia añorante cuando reeditada y reexplota, para que someter a otro grupo de humanos de una esperanza en el mundo que como iniciativa es poco digna.
¿Cuándo la repetición es algo sano? (se me escapa Sigui igual)
Lo que se pierde en esta cadena de producción, cuan intestino grueso y luego delgado, es la reedición de algo bueno en caca, pero sin la consabida ganancia de energía que trae la ingesta de alimentos fuera poco, porque la decepción que produce la ausencia de ética artística con la obra del autor o los responsables de esa expresión sobre el público que va a ser estafado con un estofado de ídem, con la preponderancia argumentativa por sobre la voz hablante y la manera de contar.
Marx nos brinda una idea hermosa para pensar como el protagonista pierde templanza cuando su mérito es espío, ennobleciendo la construcción de una carrera hacia una meta por sobre el camino corto de las ideas ajenas.