Mi papá falleció por covid-19, tengo un hermano anti-vacunas y yo me vacuné.
A merced de mi función dentro del espectro de la salud mental como profesional activo tuve el beneficio estratégico de recibir el tratamiento posible, hasta la fecha, para esta circunstancia virósica sin control posible por los agentes de sanidad de todo el mundo.
La pérdida solloza sobre los ideales y proyectos socavados por la interrupción de las vías de tránsito que usábamos discrecionalmente (o al menos así se veía) hace no tanto, me lleva a pensar individualmente sobre la contingencia desalmada de la existencia, que gracias a los aparatos de subsistencia adoctrinados parecía no tener tal volatilidad nuestro paso por esta línea temporal.
El campo al que tenemos alcance siempre nos brindó cobijo y hasta la pertenencia no otorgó un "ser" con el que pregonemos ostentando homúnculos, logros y materia con la que creamos creer tejer más no sea hoy con la ñata contra el vidrio; en una danza descarnada en perfomance existencial del butó más exquisito, en el que compulsivamente nos sembramos a la tierra cuando nunca dejamos de ser nómades.
Este relato además de ser sensiblero y efectista, famillorizo la incorporeidad de la letras que hablan de este cuerpo y los diferentes modos de vivir con el discurso que nos abraza/abrasa y las circunstancias que nos atraviesan. Si, que alguien me traiga lo "feliz"o lo "malo", cuando desde el vacío diario constitucional del deseo de posibilidad, sólo damos unas oraciones o versos con los que nos empuja a respirar y reír.
Mi padre se hubiera vacunado con un peluche de Putin y haciendo la "V" con los dedos, tanto por lo victorioso de vamos viendo versiones vívidas veraces voluminosas volubles variadas de ver como salir de esto.
Soy hermano mayor de cinco donde el más próximo acude al recorte excluyente de lo evidente cercano y palpable por él, es un recorte peculiar, que cada uno hace "sí", como quien segmenta para seguir heráldicamente nucleadores de dominio.
Yo me vacuné porque no sé vivir y tampoco sé morir, con lo cual estoy en un bucle hermoso de lucha contra el vacío y la lectura de un orden que aparece cada tanto y sazono con letras que mirando atrás parece un camino que veo de donde viene pero no podría decir a donde va.
Desde mi punto de vista esta tríada la veo como una foto paradójica de una época humana que va desde la creación
tecnológica de la escritura en un soporte para el orden de transmisión y hoy (no importa cuando se lea esto).
Nadie es... nadie sabe... todo pasa...todo es verdad. Sobrevivimos con la herramientas que nos mata.
Cuiden a los demás cuidándose, lean y sepan que vamos a morir... pero no ahora.