Estamos frente ficciones dentro de ficciones.
Exportar un sistema de pensamiento diseñado para aplicarse en determinado contexto, y aplicarlo en un relato ficticio tendiente a operar sobre el espectador en algún sentido. En primera instancia es gastar pólvora en chimango y como aplicación es ingenua.
Suponer que una serie de herramientas que sirven a los fines de describir una realidad situacional del padecer humano, que de por sí ya es una operación intrínseca de esa organización para poder subsistir, si esto se piensa dentro de una película es una doble operación, generándose una mamushka de análisis inabarcable, aún en la expresión más artie que pueda existir.
Prohibido olvidar que los
escritores guionistas velados por los directores y productores que reniegan del camino recorrido de toda ficción, como si los
actores de moda, el croma+3D y la campaña de publicidad/distribución fuera la
garantía de un éxito comercial, y a la vez un modelo de negocio ideal, perfecto y moderno
plus ultra. Esto agrega más capas lógicas para pensar lo tendencioso de la trama, y hay que decirlo... ninguna presentación mediática es apolítica.
Además. Existiendo una carrera universitaria donde se trata exclusivamente la crítica literaria o de arte ¿Quién nos llama a les psi a hablar de cosas que no sabemos? Somos ignotos en historia, mitología, literatura, escritura, análisis lógico y por la simple -y pueril- premisa de que toque tangencialmente ideas de salud mental, pensamos que podemos pasar por alto todas las demás disciplinas... Bueh.
Esta cantidad de variantes habría que encapsularlas para explorar y acertar alguna idea, es aquí donde lo "salvaje" tiene sentido, porque no es el arte el que sufrirá por la opinión insustentable, sino el psi quien perecerá por adentrarse en espacios hostiles a su insuficientes herramientas de supervivencia.