Actor: James Gandolfini
Serie: The Sopranos
Tarde pero seguro llega este clásico ficcional, donde escupiré esculpiendo este perfil neuro/psicopático mafioso que hizo las mieles de quienes urgía la orgía lujosa, ostentosa, lujuriosa y deliciosa de ser millonarios en la mafia.
¿Existe una vida vivida en abundancia sin angustia y ansiedad? Para evitar el clickbait diré que taxativamente que... ¡NO!.
La vida como cualquier ficción tiene tragedia, drama y sátira. En todas y cada una de la temporadas y capítulos donde vemos a nuestro prota intentando sobrevivir entre coerción, asesinatos y tetas, son sus recursos adquiridos los que dan el show, que no sería reprochables pero si evaluables dentro su capacidad de procesar las tensiones, ya que los mismos lo supeditan a un estado de salud mental insostenible sin asistencia profesional.
Está claro que la disciplina psicológica opera en estratos intercambiables y esto favorece a las lógicas interhumanas de vínculo e intercambio, hacia la continuidad de la especia, sea cual fuere el ámbito de desarrollo relacional, afectivo o laboral. Permitiendo una base que sustenta una posible superación en lo que se proponga esa subjetividad.
¿Vos me estás diciendo que sin terapia el protagonista de la serie se hubiera muerto en la primera temporada? SI, porque la estabilidad emocional adquirida por el trabajo ético del profesional le favorece la vida cotidiana en general. Pero esto ya lo desarrollaré en un artículo sobre "la Psi" que coprotagoniza esta obra audiovisual de distribución masiva.
Más allá de los conflictos familiares y laborales que podría pensarse desde les hijes o la esposa en próximos artículos, se diluye sin resolución acorde, los ataques de pánico a causa de un, supuesto, trauma del pasado que estaba fijado a pescados muertos. Teniendo en cuenta la poca complejidad de las estructuras lógicas de los conflictos, haría pensar que la resolución sería una nimiedad tan primitiva que daría más vergüenza que certeza, con lo cual evitar esa pena es bienvenida.
Si se quiere pensar mafiosos este sería un buen ejemplo para evitar, porque los mismos difícilmente puedan autopersibirse como tales, y operar mediáticamente y en la sombras al mismo tiempo; igual que un elefante en la cristalería.
En esta serie vemos un padre de familia como cualquier otro que tiene un trabajo que no disfruta pero le da reconocimiento, y nada de lo que pasa escaparía de lo que podría ser un modo de sostenerse en la vida activa, que podría ejercer hasta quien lee este artículo en este momento.