Esto ya fue escrito en este artículo, pero para ampliar la temática se pueden situar estas vilependiantes opciones que ciernen sobre los espectadores ávidos de experiencias más que desgratificantes, cuando quieren entretenerse luego de una ardua jornada laboral.
1-Tráiler gnosiológico: Te cuentan toda la trama dramática y la solución sin tapujos ni pudor, pero esto solamente puede ser comprobado si se deposita el tiempo en dicha expresión audiovisual. Generando así una frustración y estafa por haber invertido poco juiciosamente en tal ficción. "Más saber menos ansiedark".
2-Tráiler vidente: aquí tenemos quizá la mejor promesa, ya que los tiempos y herramientas de comunicación fallan en todos los sentidos y frente al desinterés en este tipo de expresividad comercial este el mérito y arte en la escritura guionística o símil. Puede pasar que sea la peor película de la historia del cine, con lo cual también es un punto a favor, por la instancia antropológica del estado cultural. "Sabe que la vamos a ver".
3-Tráiler humeante: en este espécimen tenemos quizá el peor de todos, ya que de tan mala que será la película y de tanta data que nos brinda el avance, presenta todas escenas de peso y sorpresivas. Se pueden ver las explosiones, peleas, sustos, monstruos y quiebres argumentales de acción que darían sensaciones placenteras si su revelación fueran en el curso, diseño y orden de la historia, y no como consecuencia de la baja estima de les productores que piden a sus equipos publicitarios que sean lo más gran-di-lo-cuente-mente posible para atraer a más público, aún cuando eso signifique la indignación de este con a llegada de los créditos o a la salida de la sala. "Mucho humo y poca asado".
Si al morir tengo que ver algo frente a mis ojos, antes que mi propia vida preferiría ver los trailer Matrix... Sí, los tres o cuatro.