Emocionante relato sobre el avance de la ciencia en aras de evitar la muerte masiva de... nada... otra película más de la parafernalia norteamericana con el fin de sostener su aparatología médica psicopatológica, armamentista, científica y anti revolucionaria que goza de una muy feliz decadencencia. Es sabido que ninguna película sale en el multimedios internacionales sin ser engranaje del manijéo que tenga el propósito de influenciar el contexto social hacia el detrimento de la libertad.
La memoria es una función de la personalidad que a su vez es una área del física cerebro, tiene su correlato de cuanto se puede recordar y el valor que tiene ese recuerdo en el contexto de la historia, este último puede dar o no sentido a toda una cadena de asociaciones que determinan una acción o una conducta, y la misma puede resignificarse con el más breve cambio en algún eslabón, por ejemplo que una persona que estaba deje de estar.
El duelo está en casi todas las situaciones penosas de un ser humano, la elaboración de la pérdidas es el tema más planteado en salud mental. Es esquizofrenizante que se plantee como posibilidad que un grupo familiar subsista y conviva con los recuerdos de un ser querido en el cuerpo de un desconocido, cualquier trabajo interdisciplinario que incluya por lo menos a un agente de salud tiene que contemplar que mediante este antiduelo se opera en contra del equilibrio mental y a favor del horror.
El fin justifica los medios es el título de la vida comunicacional de la maquinaria cinematográfica del norte que acapara todas las salas, con los golpes bajos sensibleros y efectistas abruman el pensamiento, para ser emancipado de tanta contaminación conceptual no puede detenerse si poner en contexto y abandonando la pasividad a la que la pieza invita.
Mostrar como loco o psicópata a una persona que dice que el sistema capitalista esta obsoleto y que las democracias favorecen a la corrupción, injusticia y etc... parecería ser bastante cuerdo y objetivo respecto de una realidad donde los ricos se hacen más ídem y los pobres se mueren. Derribar todos los gobiernos del mundo parece descabellado, pero es lo que existe ya, la única frontera real es el dinero... una persona puede ser más millonario que un país; que no se blanquee que los países son excusas para sostener a los grandes acopiadores de $ es anecdótico.