Lejos de criticar a colegas u otros agentes de salud mental, llamo en estos párrafos a la mesura, ética y visión desde el arco psicoetc para que abandonemos la psicologízación del mundo. No sé en que momento a algún cráneo se le ocurrió que las personas que había leído mucho y especializado en pesar al humano podían opinar de algo o todo. Y más precisamente sobre el arte, que va ser lo que en esta oportunidad quiero dedicar unas línea.
La psicología, como rama de lo más abstracta de la salud del cuerpo humano, se vé invitado a detallar una opinión sobre lo que acontece y a veces lo que hay es una expresión artística de un individuo, que por estar invadido de un mensaje lo vierte aplicando su habilidad adquirida para expresarse, es decir mensaje, técnica y obra.
Cuando se manifiesta magia tal que embelesa los sentidos cuales fueran que toca ocupar, aparecen las opiniones que muchas veces son catárticas de la experiencia atravesada, y a veces la opinología es la búsqueda del artista, pero cuando del público sale un psi a opina pareciera que el tiempo se achicharra con sus interpretaciones técnicas, basadas en su conocimiento adquirido en su carrera y a lo largo del trabajo clínico de la personalidad, de las metáforas mitológicas, simbología topológica o de la conducta.
Lo insultante para la disciplina científica es el mal uso de un conocimiento sobre cualquier instancia del multiverso pero es aún más grave cuando se trata de hacerlo "sobre" obra, en vez de "con" la obra. La expresión habla del artista no es por su autoanálisis o terapia sea cual fuera que vea que le hace bien para encaminar su energía; hacer un análisis sobre el discurso vertido sea letra o pictírco nos quita lo que realmente está pasando con su síntesis creadora... su sublimación... y da cuenta de nuestra envidia de no poder abandonar el lugar de público al que nos somete emocionalmente el otro.
Marco una salvedad como manera de un posible acercamiento cuando escribo pensar "con" la obra, para dar lugar a la invasión de los recursos aplicados tanto en la técnica como en la fuerza para exponer su mensaje... con que nos llega. La resaca de la experiencia intoxicante de un otro convencido de su apreciación nos hará pensar, elaborar que nos conmovió y sobre que base se sustenta el nuestra debilidad.
Invito a pensar con la obra en el sentido que nos permite discriminar lo que convocante del arte, interpretarnos a nosotros antes que la obra, fomentar la autointerpelación antes que la intelectualización defensiva sobre el arte.