Ojalá el porno fuera un tema que podamos incluir en algún momento en este espacio, pero voy a dedicar una líneas al cine que cada vez se ve menos en las salas y en las pantallas. En los momentos de censura de estados eclesiásticos y alcurnias retrogradas, cercenaban expresiones artísticas plasmadas donde supuestamente hería la moral vigente; hoy en el todobienismo reinante una película tiene que entretener a toda la familia subestimando sus particularidades generacionales.
El culpable de todo (pausa incómoda) es el mercado que se ha convertido en el estandarte y portador del imperativo categórico del vender; cuando el artistas piensa su obra tiene que apuntar con precisión quirúrgica al consumidor y el momento histórico para asegurarse el éxito, y que así le depare una producción y actores que estén a la altura de sus expectativas... es decir, censura previa del artista porque quiere lograr aceptación en el "mercado". El término mercado tiene tantas acepciones, escapa al interés en este articulo y podría ser abordado en algún momento.
Ahora la censura es antes de pensar la obra, se piensa a quien va dirigido antes de pensar lo que se va a decir. El éxito del capitalismo y su pseudo libre albedrío creativo, es realizar paquetes homogéneos de entretenimiento que capten la atención de todas las generaciones al unísono, así con la misma obra e inversión monetaria de publicidad, CGI, actores, directores y etc. se ahorran pérdidas.
Es un negocio redondo para el monopolio del entretenimiento cultural de consumo audiovisual, no dé al espectador su singularidad haciendo así que reincida en la búsqueda de satisfacción (como el futbol que tiene F de frustración). "Es lo que hay" es la frase que se tatúa la hegemonía mediática una gratificación general inocua, insípida e intrascendente, ocupando todos los lugares parecerá que és.
Lo que hace que una película sea para adultos no tiene que ver con la edad de los realizadores, si no con lo que transmite, con lo que moviliza la temática abordada, de la manera que cuenta una experiencia y como quiere el narrador que se le llegue el mensaje al observador. Esta problemática se aplica a todos los estilos etareos de varias artes.
Una voz para todos reza muda con un mensaje que ninguno descifra y lo que apunta a todos le pega a nadie.