Actor: Charlie Sheen
Es muy difícil pensar por separado, el personaje de esta serie con el momento personal del actor en los años que se fueron desarrollando las temporadas en las que participó, en esta comedia de capítulos cortos con cámara fija; aquí el humilde miniensayo posible de su servidor.
Un sujeto feliz con su "vida"... digo síntoma.
El ideal canibalístico de los gozos desatados en el contexto de lujo y pereza paradisíaca, sin el ojo controlador de la responsabilidades de raza, ni del escarnio por ser portador de un semblante aprobado por la cultura generalizada, brinda sin lugar a dudas un cheque en blanco; y en cierta manera dan ganitas de estar en esos zapatos.
¿Si es posible pensar un regreso al medio intrauterino donde estábamos completos y sin intercambio con el medio para sobrevivir, pudiendo frezar esas sensaciones construyendo una vida sin gasto ni costo? Si, cuando esa mirada segura, tierna y plácida, nos sirve un martini con aceituna y nos mira las tetas.
Este ideal de humano posible construido culturalmente sucumbe, cuando cuando aparecen los títulos o la publicidad, dependiendo del soporte del entretenimiento; así es que transita este personaje por las vicisitudes de arrendar su privilegio sectorial sobre sus inferiores concubinos, como cualquier ser humano... esclavizando.
La patología que se podría señalar en este contexto y según su historia es la de... hijo integro del sistema cultural de sometimiento y dedicado a no abdicar ningún logro en post de un bien común. La única manera de frenar la tiranía inexorable del rodeo de las palabras, es la detención abrupta, sinuosa a la diferencia. Nuestro querido héroe vela por el solipsismo de su propio gozo, ojalá fuera sólo un Judas, pero simplemente será el estandarte de la muerte de la humanidad.
La posibilidad de alcanzar las metas parece ser una condena, más que un logro, para quienes no pueden con-vivir con vivos contradictorios con victorias concatenadas o pérdidas seriales. La facilidad de pieles que muda el hombre de la casa, así como la impavidez frente al irrefrenable goce inefable, da cuenta de la fantasía de la cosmovisión cultural que franquícian estos escritores.