martes, noviembre 25, 2014

El Juego del Miedo (2004)

Saw (IMDB) El mito del Superloco

  La locura vengativa hecha persona es un tema recurrente en la cinematografía, es así que nos ocuparemos de estas películas de la saga de el Juego del Miedo, donde un desconocido asesino serial propone una serie de juegos macabros a sus victimas en el que tienen que realizar un sacrificio superlativo y transcendental, con agresiones corporales y mutilaciones. El victimario cree que sus victimas no son completamente conscientes del valor de la vida, y que necesitarían de un marca física notoria para lograr giro de 179º hacia la felicidad.
  La posibilidad de que una persona que padece de algún tipo de enfermedad mental, que estando adaptado a la realidad, y que por desgracias sufra una enfermedad terminal despliegue planes en base a un delirio de tipo idealista y reivindicatorio, pero que al vez disfrute o crea que en el daño físico existe la frontera entre el bien y el mal, es de ciencia ficción, sería fantasioso pensar también que logre un nivel tan alto control de cada una de las variables, en los personajes que intervienen en sus estratagemas

  La súpermeticulosidad es completamente irreal que sea consecuencia de la locura, no nos cansaremos de decir que la enfermedad mental no da habilidades especiales o superpoderes. Esta película utiliza argumentos narrativos para justificar la historia, pero esta dentro de un abanico sintomatológico contradictorio, falseando incluso la manera en que forma la personalidad humana
  Desde el inicio de la vida perseguir ideales y buscar justicia es inherente al ser humano (sano), pero en este caso este justiciero multi-desmembrador, en pleno desajuste mental por su inminente muerte a causa de un tumor, pondría en acción lo que otros no se animarían a hacer... aleccionar a otros mortales sobre sus peores errores. Es complicada la posición moralista del protagonista de afirmar que lleva la verdad acerca de los males del mundo, y que le irrite hasta ese extremo como alguien podría desaprovechar su vida y sea él quien haga el juicio. 
  La confusión o la mezcla que realizaron para poder conformar este personaje radica en lo siguiente, si fuera un tipo de esquizofrenia de tinte paranoico de tipo reivindicativo, o como también se conoce como locura razonante, tienen un nivel completamente normal de comprensión de la realidad, con lo cual dificilmente llegaría a realizar actos desadaptativos de este tipo, como si podría tenerlos un perverso. Si fuera perverso no tendría la motivo idealista o reivindicatoria y de respeto a la vida, en un perverso el placer lo encuentra en el acto y no en el sentido que tendría para el otro; la victima pasaría a segundo o tercer lugar en importancia para el perverso que la vería como un medio para su objetivo, e incluso podría ser elegida al azar.
  Planteando la dimensión terapéutica que afirman en los juego macabros, el torturador cree que a través de una situación traumática de un hondo pesar físico, con peligro de vida, el sujeto
realice una elevación subjetiva, y que a partir de esto logre un compresión distinta de su realidad, encausando su vida. Hablando simple y concreto, el trauma se traduce en trauma, a caso los sobrevivientes de una catástrofe natural o humana, logran la iluminación luego de sortear vejaciones. El juego que les propone es un simple y llano rompecabezas sangriento enmascarado de enseñanza revolucionaria, pero no hay a ciencia cierta experiencia terapéuticas que lleven a pensar que para todos pueda ser productivo una situación límite de esta índole para cambiar una forma de vida o de ser.
  Este mix no parece posible en las teorizaciones, ya que comprenden estructuras de personalidades incompatibles, lo que es blanco no puede ser negro. Esta pieza del suspenso morboso sangrientrosko, es un conjunto de argumentos que están lejos de poder verse en la realidad, esta locura no sólo que no es posible sino que el trauma como herramienta terapéutica no tiene resultados positivos en la dirección de una cura. 
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