Vender entradas es "la cuestión"... y el trailer es un spot publicitario que vende la película... fin del artículo, gracias.
Bueno, pero porque se toman el trabajo de hacer dos horas de películas si el tráiler te cuenta todo, y a veces lo poco, bueno de la película. Pero claro, si lo importante es vender el trailer... las películas van y vienen.
Entretener se transformado en estar un tiempo determinado observando una estética de conflicto y que esto se traduzca en una experiencia, que pueda sentar las bases para que un estilo de concepto se afiance. La ligereza de un spot de dos minutos desvanecería la doctrina abogada, o más bien, la búsqueda de adoctrinar.
Pero mejor que informar es desinformar, por qué tomarse el tiempo de estar sometido por una pantalla tanto tiempo, si puedo estar sometido a más de una pantalla (no hay remate). La conducta compulsiva de mirar trailers, generaría esa sensación de zozobra por haber atravesado una experiencia, casi como si en un titular estuviera la vivencia de leer la noticia... es decir... el olor a pancho no alimenta, no porque el pancho alimente por sus medios propios, es mejor morir; pero ya va llegar el día que sea negocio vender el olor de algo. El estado desopilante del arte nos lleva a pensar que la sombra de la obra es arte.
Entretener se transformado en estar un tiempo determinado observando una estética de conflicto y que esto se traduzca en una experiencia, que pueda sentar las bases para que un estilo de concepto se afiance. La ligereza de un spot de dos minutos desvanecería la doctrina abogada, o más bien, la búsqueda de adoctrinar.
Pero mejor que informar es desinformar, por qué tomarse el tiempo de estar sometido por una pantalla tanto tiempo, si puedo estar sometido a más de una pantalla (no hay remate). La conducta compulsiva de mirar trailers, generaría esa sensación de zozobra por haber atravesado una experiencia, casi como si en un titular estuviera la vivencia de leer la noticia... es decir... el olor a pancho no alimenta, no porque el pancho alimente por sus medios propios, es mejor morir; pero ya va llegar el día que sea negocio vender el olor de algo. El estado desopilante del arte nos lleva a pensar que la sombra de la obra es arte.
El fin del cine, se dice, habría sido cuando se empezaron a vender muñecos, pero polemizando con esta premisa con quien no lee, y, de mi parte, falto total de evidencia contrastable, voy a afirmar que el arte del cine se terminó con los tráileres. La idea de inmediatez del avance de lo que será una experiencia de gozosa, oscurece esta historia o saga con ansiedad. Se produce una pérdida de la estructura de enlace posible con alguien, a través del reduccionismo artístico de la disminución temporal frente al fragmento de la obra, a sabiendas que la parte no es el todo y la fragmentación es la psicosis.
Me van a decir que las multinacionales necesitan ayuda para ayanar el terreno de una inversión y que esto permite una mayor ganancia para poder hacer mejor secuelas, contratar mejor actores, directores y técnico... y la lógica de mercado me la paso por el amanecer (orto).
Me van a decir que las multinacionales necesitan ayuda para ayanar el terreno de una inversión y que esto permite una mayor ganancia para poder hacer mejor secuelas, contratar mejor actores, directores y técnico... y la lógica de mercado me la paso por el amanecer (orto).
Dicen fuentes incorpóreas basadas en desinformaciones falsas, que la idea de los tráilers la sacaron muertos que regresaron, ya que ellos habrían visto pasar su vida entera frente a sus ojos en menos de un minuto.