El cine acompaña el fenómeno de la muerte de mujeres por la mano masculina, no sin aplicarle los mismos filtros a lo penoso que es ser destripado, y aún peor de género su tajada monetaria. Lo que es notorio que al fabricar un estilo de películas donde hay victimarios seriales, por némesis de género que será receptor seriado de las agresiones, mantiene el pulso del estigma.
¿Es más fácil matar a un mujer? ¿Las mujeres son un símbolo de nefastitud tan fuerte que en el imaginario cultural, que figura en la memoria del asesino, lo lleva a matar cualquier representación corpórea por lo tenebroso que le representa?
¿Es más fácil matar a un mujer? ¿Las mujeres son un símbolo de nefastitud tan fuerte que en el imaginario cultural, que figura en la memoria del asesino, lo lleva a matar cualquier representación corpórea por lo tenebroso que le representa?
En aras de someter a un otro, un agresor va a tender hacia víctimas que pueda doblegar. Sería muy interesante un asesino serial con enanismo que ajusticie a fisicoculturistas de dos metros; por estrafalario que suene la cercanía y el método son elementos cruciales para la matanza exitosa, cuando el motivo siempre es movilización vincular... motivo amoroso... crimen pasional...¡Qué con eso que decían que los hombre no expresaban sus sentimientos!
Se escucha sobre la cosificación del cuerpo femenino y combinado con la falta de palabra o diálogo más un baja tolerancia al rechazo y la frustración... tenemos hombre que violan y matan. Encaramar en una complejidad suprema a este accionar, es meramente una búsqueda estética, lamentable, pero que sirve a los fines culturales falocentristas sin criterio. Pensar solamente como una satisfacción perversa de gozar al otro más allá del sometimiento, desvanece el fetiche con la violación y/o muertes cuando en vez de resultados consecuentes o colaterales, son los buscados.
Se escucha sobre la cosificación del cuerpo femenino y combinado con la falta de palabra o diálogo más un baja tolerancia al rechazo y la frustración... tenemos hombre que violan y matan. Encaramar en una complejidad suprema a este accionar, es meramente una búsqueda estética, lamentable, pero que sirve a los fines culturales falocentristas sin criterio. Pensar solamente como una satisfacción perversa de gozar al otro más allá del sometimiento, desvanece el fetiche con la violación y/o muertes cuando en vez de resultados consecuentes o colaterales, son los buscados.
El imaginario social del loco asesino suelto ha sido revisado en este espacio de lucha anti hegemonía genética de la industria de desinformación, El matar es un producto del juicio desviado y fuera de la norma compartida, pero no por esto acreditaría insanía; tener una ganancia de placer matando es otra de las conjeturas particulares cuando en realidad puede ser un efecto secundario del accionar, como cuando un país no tiene salud pública
Sin ir a una estadística o separar en grupos a los estilos de asesinos, se podría pensar porque mataría alguien a un otro, el victimario no elige una víctima porque por alguna circunstancia comparten un espacio, y es así que cobra un sentido dentro de la historia vital de ambos... si decimos vínculo+heterosexual+dominar+muerte se parece bastante a un femicidio... olvidando el mote de drama pasional, que no es lo mismo que un hombre que no sabe vincularse con el sexo opuesto y se vale de la fuerza bruta para satisfacerse sexualmente y su accionar lo avergüenza y prefiere no tener testiga parlante de su atrocidad.
Es propio de los grupos defender a sus integrantes, y para esto se puede caratular de asesino serial a un hombre violento que mata sistemáticamente a sus parejas con los motivos más variopintos, por la simple situación que piensa que la mujer tiene que acceder a sus deseos, o bien, infiere que es su propiedad; y que su destino será decretado por él. Incluso puede sonar menos racista si se plantea un modus operandi estético que se ve reiterado en el tipo muerte de la víctima, como para poder diferenciarlo de todos los otros... asesinos... de mujeres.
Se podría hacer entonces una lista de eufemismos entre los hombre para matar mujeres estéticamente y que sea menos fulero: muerte por asesino serial, drama pasional, descuido en el uso de la fuerza de su pareja, suicididada por desamor o por jabru.
También estamos frente una versión estética, socavada, autorizante y formativa a la hora de matar mujeres; con la cantidad de ejemplo cinematográficos que existen, difícil es pensar que no sea posible o incluso que pueda estar bien tener este tipo de iniciativas...
... el asesino no es loco, el violento no es loco y la victima lo es porque es débil.
Se podría hacer entonces una lista de eufemismos entre los hombre para matar mujeres estéticamente y que sea menos fulero: muerte por asesino serial, drama pasional, descuido en el uso de la fuerza de su pareja, suicididada por desamor o por jabru.
También estamos frente una versión estética, socavada, autorizante y formativa a la hora de matar mujeres; con la cantidad de ejemplo cinematográficos que existen, difícil es pensar que no sea posible o incluso que pueda estar bien tener este tipo de iniciativas...
... el asesino no es loco, el violento no es loco y la victima lo es porque es débil.