Bueno... a modo de cercenamiento de las patas bizarras de la lectura superficial de la teoría psicológica y de esta rama artística de la plástica, tomaré alguna ideas para separar la iglesia del estado... digo... la policía ontológica de la cultura... digo el arte de la ciencia.
Así como el chiste en el surrealismo "ponen cosas donde no van", con la notable diferencia técnica aplicada en los distintos soportes haciendo unas hermosas y sagaces alegorías o metáforas que darían las mieles de los observadores ávidos de experiencias superadoras de lo instituido.
En cuanto al subconsciente parece ser una instancia de la personalidad que sirven para "poner cosas que no van" en la consciencia, así como un reservorio de lo ingrato y traumático (que con las lecturas actuales eso si es chiste).
La síntesis superadora del artista uniendo mundos cruentos de escenarios falaces parece ser la solución de la pena humana, pero lejos de eso todo arte y humor se trata específicamente de cura para el artista y nadie más. La lamentable coexistencia de ambos términos en las charlas de la época hizo que se amalgamen sin que la teoría de ambas pudieran respetarse a si mismas ¡Hasta hoy en día!.
La libertad creativa que se puede dar en planos fantásticos solamente estuvo limitado por la práctica del arte y la decisión creativa de la mano, que por la voz cultural que todo lo fagocita la acotó al sinsentido de lo desconocido, que es más o menos como una yuta ontológica que deglute lo subjetivo de la mano creadora... "¡Qué loco este artista!".
La policía mediática del más (o menos) allá de la consciencia hizo estragos en la posibilidad de hacer lecturas individuales, ya que todo rastro de originalidad tiene algo la bilis de la censura de ideas nuevas. Así es que del psicoanálisis quedó esta idea de un lugar vallado donde cobran sentido los pesares... ¡Ojalá!.
Sería hermoso que estos vaticinios abrocharan la existencia humana, y que este mundo tuviera un límite para la imaginación y el dolor.