lunes, abril 27, 2015

Vestida para matar (1980)


Dreseed to kill (IMDB) Psiquiatra, travesti, loco y asesino... ¿Cantaron Bingo?

   El asesinato de mujeres no es una moda actual, la cinematografía se ocupó, ocupa y se ocupará de pensar una posible justificación a dicho fenómeno, es por eso que aquí en este clásico lo hacen de una manera tan fantástica (en su tinte irreal) y/o fantasmagórica acusando a, lo que señalan como, un psiquiatra desviadito que tuvo tratamiento psiquiátrico responsable de de una serie de muertes por su alteración mental.
   Inaugurando la temática "La culpa de todo la tienen los locos" tenemos un ejemplo de teorización bizarra sobre el transexualismo y como este cuadro que busca concretar su identidad sexual, puede convertirse en un asesino serial.

  El secreto profesional del terapeuta para con lo vertido en el momento terapéutico por el paciente, no puede ser levantado en un interrogatorio simple y llano con un detective, sólo por la orden de un juez puede en el marco de una causa del fuero que sea.
   Las características terapéuticas del psiquiatra no las evaluaremos, pero lo que si resulta interesante es como el degenerado-asesino (según la trama) se psicopatea a si mismo, y acompaña el acto mirándose al espejo como si buscara encontrar algo pero sin señales de dialogo interno, padeciendo, en apariencia, pasivamente los actos delictivos de su ajenidad u otredad; esto aparece sólo a los fines de agregar un elemento estético dramático más a la confusión general, e intentar sorprender con el final alejando y a la vez acercando la idea de un psiquiatra-traumado-loco-travesti-asesino y víctima de sí mismo.
  Pavor y vergüenza puede dar esta teoría ausente de todo marco teórico, la "idea" insostenible, de la coexistencia de dos sexos en pugna de un cuerpo, que genera un asesino es descabellado y falto de todo criterio clínico. Es una falta de respeto al esfuerzo que representa para un investigador o teórico, poder arribar a conclusiones serias que sean sustentable en pro de alcanzar una mejoría en la calidad de vida que llevamos. El único genero que se ocupa de esta manera, irresponsable, de los fenómenos de la vida es la ciencia ficción, que explora dimensiones de lo desconocido con críticas y de detractores, pero aquí se autodenominan dentro de la realidad y del genero de misterio o suspenso aunque tomen de fantasiosa a la salud mental.
  Se podría introducir la variable "prejuicio" sobre la idea del cambio de sexo y las implicancias psicológicas de dicho cambio de identidad que, gracias a Dios, hoy es diferente a la época en que se estrenó la película. Es sabido que todas las intervenciones quirúrgicas son de un hondo pesar psíquico a distintos niveles; las que se tratan sobre la imagen corporal se acercan más al campo de la auto-imagen, ideal de belleza o conciencia corporal que son del área mental. La etapa previa a operarse estéticamente es de goce, y la decidirse puede ser liberador. Las cirugías estéticas en si mismas generan  un cambio que puede traer crisis o bien un desequilibrio o nuevo equilibrio interno, situación ocultada empresarialmente ya que mermaría la cantidad de intervenciones, es innegable lo movilizante que puede, así como lo es un duelo, perder un trabajo o mudarse.
   El tiempo se a llevado la idea de ver al hombre convertido en mujer como si fuera loco, pero no llegamos a desembarazarnos del pensar al loco como asesino. El cine alimenta esto, e inventa patologías inexistentes, como un transexual donde luchan su lado femenino y masculino que se estabiliza asesinando mujeres. Las luchas internas de un loco varían según el cuadro, que en la película no se ocupan de enmarcar, señalando la crisis travesti como una patología. La tendencia a pensar al loco con una parte sana o socialmente adaptada y otra enferma, sólo existe a los fines de justificar un modelo del mundo donde la subjetividad esta jugada en poder mantenerse en el sistema productivo a pesar de lo que uno tenga.
   “...Sexos opuestos habitando el mismo cuerpo... y la operación resolvería el conflicto” es el sin sentido más estrafalario jamas dicho, la solución terapéutica nunca puede ser el quitar partes del cuerpo para poder calmar un asesino de mujeres, con ese criterio las decapitaciones sería una terapia alternativa 100% efectiva para cualquier caso.
  Presentan poca información con mala intensión, acusando a un transexual de loco indesiso asesino de mujeres al excitarse o sentirse seducido, cuando matar mujeres es una ocupación de hombres enarbolados en su genero y seguro de su virilidad, es raro... ¿no?. El transexual se dice así mismo de un genero encerrado en el cuerpo del genero opuesto, y el lento proceso de corrección conlleva a su felicidad. ¿Se debe evitar la felicidad?... o será que los hombres...