Paki escribiendo.
Criticar la hegemonía del entretenimiento que nos presenta la cultura es vacuo remanidamente, y cuando este discurso llena las salas/streamings, o lo que sea que podamos tener cuando se habiliten los espacios públicos cerrados, es tarea fácil y poco original más no indiferente cuando pensamos que el azar existe; parece ser un debate inexistente en las tendencias de las redes sociales, cuando lo que vemos es una y otra vez la misma historia, como si la originalidad solamente fuera la manera de contar...
La manera es la voz.
El desamor por un ideal o persona cercana y el camino del héroe son los temas que podemos ver en cualquier ficción, desafío a todo el que lea esto a problematizar mi afirmación. La aventura que se teje tiene distintos hilos que parecen ser de colores poco diversos... acá viene la queja...
La estereotípia no es un recorte artístico.
El azar es una consecuencia de nuestra pereza, y más pensando en la entrega deliberada de nuestra información íntima que genera un perfil que parece definirnos, dándonos entidad de un ser en un mundo, que estaría bárbaro poder representarlo, pero fallamos y por eso vamos a terapia.
La denominación no es destino.
Recordemos el prejuicio que recae en los afrodescendientes que son los primeros en morir en las películas con automatizables tramas, no haciendo caso a la ley de la selva que se salva el más apto, si no el más lindo.
Las minorías son ídem en los relatos.
Para cerrar quería mencionar como buen medio que se precie de tal, se vale de sí mismo cuando se le acaban las ideas, o bien, cree que su cocina es un buen lugar para decir algo...
El 50% del cine es sobre el cine.
Gracias a los monólogos de medio, los prejuicios de raza, el genocidio de relatos y el uso de la cultura popular como escudo de solventación económica... estructuramos el azar.